Cabe razonablemente sostener, con varios autores, que la ciencia jurídica española es relativamente poco original, creativa e innovadora, sobre todo si la comparamos con la de otros países. El presente trabajo tiene por objeto principal analizar los factores que han podido contribuir a conformar este rasgo característico de nuestra doctrina, a fin de señalar el lugar hacia el que probablemente deberían dirigirse los posibles remedios para tratar de combatirlo. Algunos de esos factores son comunes a prácticamente cualesquiera actividades y contextos. Otros son específicos del entorno institucional, cultural y social español.