Granada, España
La protección de la salud, y, en particular, de la asistencia sanitaria, constituye uno de los pilares fundamentales del constitucionalismo democrático-social mundial y europeo y un núcleo principal del Estado Social. En este marco, la verdadera Constitución Social Europea es la Carta Social Europea Revisada de 1996, lo cual no puede ser desconocido en una garantía multinivel de este derecho social fundamental. Destaca su configuración como derecho social de prestación universalista de toda persona necesitada de protección de su salud, así como la interdependencia, indivisibilidad, comunicabilidad y el carácter central de este derecho dentro del sistema de derechos humanos fundamentales. Es un derecho inclusivo que no sólo abarca la atención de la salud oportuna y apropiada sino también los principales factores determinantes de la salud, la dimensión preventiva y precautoria y la participación de la población en las decisiones sobre la salud en los planos comunitario, nacional e internacional. Constituye un derecho social fundamental de desmercantilización de los modos de satisfacción del conjunto de las necesidades a él vinculadas y de carácter primario, que impone a los poderes públicos la obligación de garantizar este derecho social de solidaridad, haciendo prevalecer la racionalidad social sobre la racionalidad estrictamente económica. Se le confiere al derecho un conjunto de elementos esenciales e instrumentales (disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad, calidad) e impone tres tipos o niveles de obligaciones a los Estados: la obligación de respetar, proteger y cumplir. No existe un único modelo europeo de Sistema de Salud proveedor de asistencia sanitaria. Es competencia y responsabilidad de los países miembros la determinación de las prestaciones y su gestión, y a la Unión Europea le corresponde actuar en el doble plano de complementariedad de la acción de los Estados y coordinación de esas acciones nacionales. En este contexto europeo, la finalidad principal de los Reglamentos Comunitarios, ha sido coordinar los sistemas de Seguridad Social y Asistencia Sanitaria de los Estados que integran la Unión. Una coordinación realizada en vista de alcanzar una convergencia por los objetivos perseguidos, rehusando utilizar la técnica normativa fuerte de la armonización legislativa.
The protection of health, and in particular of health care, is one of the fundamental pillars of the European and global democratic-social constitutionalism and a major nucleus of the Social State. In this context, the true European Social Constitution is the Revised European Social Charter of 1996, which cannot be ignored in a multi-level guarantee of this fundamental social right. It highlights its configuration as a social right of universalist provision for every person in need of health protection, as well as the interdependence, indivisibility, communicability and central character of this right within the system of fundamental human rights. It is an inclusive right that encompasses not only timely and appropriate health care but also the main determinants of health, the preventive and precautionary dimension, and the participation of the population in health decisions at the community, national and international levels. It constitutes a fundamental social right of “decommodification” of the modes of satisfaction of all the needs related to it and of a primary nature, which imposes on the public authorities the obligation to guarantee this social right of solidarity, making social rationality prevail over strictly economic rationality. The right is given a set of essential and instrumental elements (availability, accessibility, acceptability, quality) and imposes three types or levels of obligations on States: The obligation to respect, protect and fulfill. There is no single European model of healthcare provider health system. It is the competence and responsibility of the Member States to determine the benefits and their management, and it is up to the European Union to act on the two-fold basis of complementarity between the actions of the Member States and coordination of these national actions. In this European context, the main purpose of the Community regulations has been to coordinate the social security and health care systems of the Member States of the Union. A coordination carried out in view of achieving convergence by the objectives pursued, refusing to use the strong normative technique of legislative harmonization.