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El artículo analiza la Declaración del Centenario de la OIT para el Futuro del Trabajo, que ha adoptado la OIT en junio de 2019, y que tiene un gran valor simbólico. El aspecto más novedoso del instrumento, que reafirma y renueva el mandato, fines, objetivos y principios constitucionales de la OIT, es la exigencia de desarrollar un enfoque del futuro del trabajo centrado en las personas, que sitúe los derechos de los trabajadores en el núcleo de las políticas económicas, comerciales, sociales y ambientales. El artículo trata de analizar hasta qué punto es una Declaración histórica, a la altura de las expectativas que había generado y de la ambición que exigía la conmemoración del centenario, o una ocasión perdida para abordar el futuro de la propia OIT en el nuevo milenio. La tarea no es fácil, porque cabe juzgarla tanto por lo que dice, como por lo que deja de decir.
The paper discusses the ILO Centenary Declaration for the Future of Work, which was adopted by the ILO in June 2019, and which has great symbolic value. The most novel aspect of the instrument, which reaffirms and renews the mandate, aims, objectives and constitutional principles of the ILO, is the requirement to develop a human-centred approach to the future of work, placing workers' rights at the heart of economic, trade, social and environmental policies. The paper seeks to explore the extent to which it is a historic Declaration, living up to the expectations it had raised and the ambition that the commemoration of the centenary demanded, or a missed opportunity to address the future of the ILO itself in the new millennium. The task is not easy, because it can be judged both by what it says and by what it fails to say.
