Elegido presidente de Ucrania el 25 de mayo pasado, el oligarca Petró Poroshenko deberá responder a los deseos secesionistas de las regiones rusófonas, asumiendo las consecuencias sociales del programa elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI). La consideración de la dimensión económica de la crisis, a menudo ignorada, permite comprender mejor por qué el país está sumido en la violencia.