El presidente salvadoreño Nayib Bukele, elegido en 2019, confía en reducir la criminalidad en su país recurriendo a encarcelamientos masivos a despecho de las libertades individuales y los derechos humanos. Muy activo en las redes sociales, se reviste también de una imagen de hombre apasionado por la tecnología y promotor planetario de las criptodivisas. Una fusión que apenas oculta las carencias de su programa político.