Cataluña, como otras sociedades avanzadas, ha realizarlo pasos notables en los años noventa para avanzar hacia lo que ha definido como educación intercultural, intentando dejar atrás planteamientos más segregacionistas o asimilacionistas. Pero el balance que podemos extraer de diferentes estudios no permite afirmar que se haya abandonado la óptica asimilacionista en sus intervenciones y, además, de nuestra encuesta a docentes de educación obligatoria se puede concluir que la traducción del discurso intercultural a la práctica es más bien pobre, ya que entre otras cosas se cree que es un problema" que sólo atañe a los que tienen alumnado diverso etnoculturalmente en sus centros. Además cuando se llevan a cabo actuaciones no acaban de responder al modelo intercultural.