En un intento por asegurar el suministro de petróleo en el contexto de la guerra en Ucrania, la Administración estadounidense envió a principios de marzo un equipo de negociadores a Caracas, cuyas autoridades Washington se había negado a reconocer. Después de haber sembrado el caos en el país latinoamericano con sus sanciones, Estados Unidos tal vez considera que Venezuela ha cambiado lo suficiente como para volver a serle útil.