En este artículo se realiza una revisión general de la manera en que históricamente se ha definido (ocultando) el trabajo de las mujeres jóvenes dentro de los mecanismos institucionales de atribución de derechos sociales en los mercados laborales. Se comienza, así, revisando los cambios en el entorno de la sociedad industrial y en los sentidos atribuidos en ella a la ciudadanía, se sigue por la realización de una exposición de los procesos más característicos de reproducción de la desigualdad de género y de edad bajo la aparente igualdad formal de la ciudadanía distributiva masculina y laboral y como en este proceso las mujeres jóvenes han quedado sistemáticamente invisibilizadas en su contribución al mercado de trabajo. La reestructuración postfordista de la relación salarial ha modificado el concepto mismo de trabajo y actividad, e incluso ha creado nuevos grupos femeninos especialmente dinámicos, pero no han mejorado el acceso a un status ciudadano autónomo a grupos mayoritarios de las mujeres jóvenes. Se apuesta pues por el reconocimiento de los diferentes sujetos y actores sociales (frágiles y débiles) implicados directamente en el desarrollo de los actuales procesos de trabajo, introduciendo a estos sujetos en el proceso de reconstrucción de la ciudadanía, pero esta ampliación de mecanismos convencionales de acceso a la ciudadanía -basados en una necesaria concepción plural de los sujetos en el trabajo y su formación de derechos-, no implica ninguna banalización de las conquistas históricas de la ciudadanía social distributiva y su consideración como referencia fundamental para acceder a otros nuevos sistemas complejos.