Este artículo propone destacar las potencialidades educativas propias de la escuela vivida como una comunidad educativa. Toda escuela debería asumir el sentido más profundo de su etimología griega. La tesis principal del texto es que no hay destino para nosotros, no hay novedad, no hay innovación, no hay verdadero cambio, no hay libertad, sin recibir primero de la historia, a veces de la historia más antigua, aquello que puede alimentar nuestra capacidad de inventar y de crear. Esta es la razón por la que, en realidad, la misma oposición entre el pasado y el futuro no puede tomarse en serio.