Fernando Florindo Gijón
El código de conducta sobre la fiscalidad de las empresas fue adoptado por el Consejo de la Unión europea y, en su primera fase, centrada en la determinación y el desmantelamiento de las medidas nacionales consideradas perniciosas, ha sido razonablemente eficaz combatiendo los excesos más evidentes a los que había llevado la competencia entre legislaciones fiscales en la Comunidad. En el presente artículo se expone como ha funcionado y como, dada la parcial convergencia de objetivos del Código y del régimen comunitario de control de ayudas estatales, las influencias entre ambos han sido importantes y han llevado a una pronunciada convergencia de análisis y de resultados en cuanto a las medidas aceptables. Ello ha propiciado un reforzamiento mutuo de la eficacia de ambos instrumentos.