El código de conducta sobre la fiscalidad de las empresas fue adoptado por el Consejo de la Unión europea y, en su primera fase, centrada en la determinación y el desmantelamiento de las medidas nacionales consideradas perniciosas, ha sido razonablemente eficaz combatiendo los excesos más evidentes a los que había llevado la competencia entre legislaciones fiscales en la Comunidad. En el presente artículo se expone como ha funcionado y como, dada la parcial convergencia de objetivos del Código y del régimen comunitario de control de ayudas estatales, las influencias entre ambos han sido importantes y han llevado a una pronunciada convergencia de análisis y de resultados en cuanto a las medidas aceptables. Ello ha propiciado un reforzamiento mutuo de la eficacia de ambos instrumentos.