El presente escrito constituye una respuesta al Manfiesto por una Pedagogía Post-crítca de Hodgson, Vlieghe y Zamojski. Parte del reconocimiento de puntos de coincidencia con los trabajos que algunos autores latinoamericanos han desarrollado al respecto, pero señala que el Manifiesto no consigue identificar el problema central de las pedagogías críticas. En esta dirección, el texto argumenta que el problema central de esas tendencias consiste en que su concepción de poder está circunscrita a lo que Foucault denominó las hipótesis bélica y represiva del poder. Tal forma de entender el poder, como confrontación o represión, hace que la educación se conciba como una acción política y, de esta manera, se invisibiliza su carácter fundamentalmente antropológico, o en términos de Sloterdijk, antropotécnico. Una de las consecuencias más significativas de este hecho es que la educación y la pedagogía viene sufriendo un proceso de politización frente al cual es necesaria y urgente una «crítica» de las «tendencias críticas» que se sustente en el horizonte conceptual de la pedagogía, y cuyo efecto sea su actualización y reconceptualización. Tal ejercicio permitiría producir nuevas herramientas que ayuden a comprender el funcionamiento de la educación como proyecto de la modernidad. La crítica de las tendencias críticas se plantea desde los conceptos de gobierno (Foucault) y antropotécnicas (Sloterdijk) que aplicados al análisis de la constitución del concepto moderno de educación llevan a proponer, siguiendo los análisis de Antelo y Serra, una pedagogía sin atributos, es decir, ni crítica ni post-crítica.
The present document constitutes a response to the Manfiesto for a Post-critical Pedagogy of Hodgson, Vlieghe and Zamojski. Part of the recognition of points of coincidence with the works that some Latin American authors have developed in this regard but points out that the manifesto fails to identify the central problem of critical pedagogies. In this direction, the text argues that the central problem of these tendencies is that their conception of power is limited to what Foucault called the war and repressive hypotheses of power. Such a way of understanding power, as confrontation or repression, makes education conceived as a political action and, in this way, its fundamentally anthropological character (or in terms of Sloterdijk, anthropotechnical) is invisible. One of the most significant consequences of this fact is that education and pedagogy have been undergoing a process of politicization against which a «criticism» of the «critical tendencies» based on the conceptual horizon of pedagogy is necessary and urgent, and whose effect is its update and reconceptualization. Such an exercise would allow the production of new tools that help to understand the functioning of education as a modernity project. Criticism of the critical tendencies arises from the concepts of government (Foucault) and anthropotechnics (Sloterdijk) that applied to the analysis of the constitution of the modern concept of education lead to propose, following the analysis of Antelo and Serra, a pedagogy without attributes, that is, neither criticism nor post-criticism.