José Antonio Rosique Cañas
En este trabajo trataremos de hacer énfasis en cómo independientemente de la naturaleza concentradora del capitalismo, el centralismo políticoadministrativo característico del Estado mexicano, ha determinado las políticas públicas y las formas de gestión administrativa con lo que se le imprimió al desarrollo nacional un sesgo particular que lo ha llevado a formas superconcentradas, que desde la década de los setenta distorsionan los procesos económicos, industriales, urbanos, demográficos, territoriales y ecológicos.