Las diferentes elecciones celebradas el 16 de junio de 2019 en Guatemala reflejan un escenario preocupante. Las recientes reformas electorales no han impedido una elevada incidencia de delitos electorales. El Tribunal Supremo Electoral ha visto mermada su autoridad por la falta de colaboración del resto de instituciones y, asimismo, la Comisión Internacional contra para Impunidad en Guatemala-GICIG ha sido defenestrada por la élite económica y política del país. Mención especial merece la situación política de la mujer en Guatemala, claramente alejada del poder y víctima de una violencia política poco visible pero real. El ciclo electoral se cerrará el 11 de agosto, con la segunda vuelta presidencial, pero el éxodo de ciudadanos en búsqueda de un futuro mejor no cesa.
Different elections held on June 16, 2019 in Guatemala reflect a worrisome situation. The recent electoral reforms have not prevented a high incidence of electoral crimes. The Supreme Electoral Tribunal has seen its authority diminished by the lack of collaboration of the rest of the institutions and, likewise, the International Commission against Impunity in Guatemala-GICIG has been defenestrated by the national economic and political elite. Special mention deserves the political situation of women in Guatemala, clearly removed from power and victim of a sort of political violence not very visible but real. The electoral cycle will end on August 11, with the second presidential round, but the exodus of citizens in search of a better future does not stop.