La valoración del riesgo de violencia o de reincidencia con herramientas estructuradas, que cada vez está más presente en el ámbito de la justicia penal, es un procedimiento complejo, y para comprender correctamente sus resultados es necesario un conocimiento mínimo de algunos conceptos estadísticos. La forma en que usualmente se presenta en la literatura criminológica especializada la información sobre la capacidad de estas herramientas para predecir con acierto el riesgo de violencia no favorece una correcta interpretación de su alcance, pues se tiende a destacar aquellos aspectos en que estas herramientas funcionan mejor, y a subrayar mucho menos aquéllos otros en que sus resultados son más pobres, haciendo hincapié además en indicadores que pueden tener escasa relevancia para la práctica judicial. Este trabajo pretende ilustrar sobre la complejidad de esta problemática con el ejemplo del área bajo la curva ROC (AUC), y advertir sobre el peligro de que se extienda un optimismo injustificado sobre el rendimiento de estas herramientas, que en el ámbito forense podría favorecer la toma de decisiones limitativas de derechos fundamentales de los acusados o condenados carentes de suficiente fundamento, y en el ámbito de la política criminal puede alentar la proliferación de instituciones jurídicas cuyo presupuesto sea el riesgo de reincidencia en la creencia de que dicho riesgo puede comprobarse empíricamente con facilidad, cuando ello no es así.