El presente trabajo aborda el problema de la baja inserción de doctores en la docencia universitaria argentina actual. Como resultado de un proceso de consolidación tardío de los doctorados, en particular en algunas disciplinas, la demanda de esa formación no había sido, tradicionalmente, un elemento de peso en la selección de los docentes universitarios argentinos. Con el fuerte crecimiento de los programas doctorales, que se verifica desde comienzos del presente siglo, y el importante aumento del número de doctores, el proceso de selección de los docentes universitarios ha ido modificándose paulatinamente, casi podríamos decir que por presión generacional. A pesar de ello, las universidades siguen mostrando niveles muy bajos de formación doctoral en sus planteles de profesores, lo que constituye una anomalía.