Desarrollar el pensamiento fuera de la cólera, el miedo y de la lógica del deber ser, es iniciarse en caminos comprensivos que nos invitan a reconocer aquello que sucede en nuestra sociedad. La gran dificultad de los intelectuales, es tomar esta actitud y ver la presencia de la declinación la modernidad y el nacimiento de otro modo de estar juntos. Luego de una saturación social, aparece una nueva fase que hace posible plantearse preguntas diferentes y encontrar otras pistas de indagación. Es aquí que cobran relevancia las especificidades locales y las costumbres de vida provincial, ya que se alejan de todo orden universal y racionalista. La reemergencia de los enraizamientos locales, de aquello que ha sido la marca de la Edad Media, nos lleva a comprender que estamos ante una naciente "postmédiévalité". Dentro de esta situación, el Patrimonio puede ser vislumbrado como un enraizamiento dinámico, "enracinement dynamique", como una experiencia viva ligada a las raíces regionales. Donde las relaciones no son ni mecánicas, ni predecibles, ni controladas por la razón. En definitiva, al margen de la Historia triunfante y de marcha Real de Progreso, nace un mundo que se conforma por la unión de opuestos, como lo arcaico y lo tecnológico.
Thinking outside wrath, fear and the logic of must-be means getting started on a road to understanding that encourages us to recognise that which is happening in our society. The great difficulty that intellectuals face today lies in being able to adopt this attitude and come to terms with the decline of modernity and the emergence of a new way of being-together that are taking place in front of our eyes. Once social saturation has been reached, there appears a new phase that makes it possible to ask different questions and find other clues for inquiry. It is here that local specificities and the customs of provincial life acquire significance insofar as they depart from every universal and rationalist order. The reemergence of local root-taking, of that which was the trademark of the Middle Ages, leads us to understand that we are in front of a nascent postmedievality. In this context, Heritage can be envisaged as dynamic root-taking "enracinement dynamique", a living experience linked to regional roots, where relationships are no longer mechanical, predictable or controlled by reason. In short, alien to triumphant History and the Royal March of Progress, a world is being born that is shaped by the union of opposites like the archaic and the technological.