Para aplicar la semiótica a la medicina hay que entender la enfermedad como un proceso que excede las manifestaciones biológicas, pues se inserta en un medio social. En principio, la enfermedad es inasimilable por los procesos semióticos, dado que pertenece a lo �real� del cuerpo; ahora bien, los personajes que intervienen en el acto médico pueden transformarla en un �signo�. Esto puede hacerse de distinta forma: a) el paciente realiza una apropiación desde el �significado�, interviniendo las creencias y los mitos populares y b) el médico efectúa el mismo trabajo desde el �significante�, convirtiendo el saber médico en un verdadero sistema con una sintaxis propia. Con ello, hemos encontrado un conjunto de regularidades, lo que coincide con los propósitos de la semiótica contemporánea.