La visión del ejercicio periodístico ha evolucionado desde los conocimientos instrumentales del oficio hasta llegar a una formación académica fundamentada en la naturaleza de los procesos de comunicación y sus implicaciones sociales. Sin embargo, persisten insatisfacciones en relación con el lugar que debe ocupar la profesión como factor legitimador en la interpretación y construcción de la realidad social, caracterizada por el dinamismo y la complejidad que representa la irrupción de las tecnologías en el ámbito comunicacional y, en consecuencia, la diversidad de opciones a disposición de las audiencias para informarse.
En tal sentido la formación universitaria del profesional de la prensa tiene ante sí serios desafíos para ajustarse a las exigencias demandadas por los públicos y el sistema social y comunicativo. El presente artículo se propone, a partir de la experiencia de la formación del periodista en la Universidad de Holguín, Cuba, el análisis de tres procesos esenciales dentro de este debate: la formación profesional, la investigación y las prácticas periodísticas, enfocados como una tríada (F-I-PP), cuyos componentes tienen propósitos bien definidos, pero interactúan entre sí para contribuir a aportar un profesional que sea capaz de cumplir responsablemente las misiones que la sociedad le ha encargado.