Javier Galán Gamero
El periodismo ha dejado de ser una misión para convertirse en una ocupación como cualquier otra. Importa más el impacto que los contenido, más el espectáculo que el conocimiento o la formación de opinión pública. Y, una vez creada la información-espectáculo, cómo vender esa información en cualquier parte.
Ésos son los auténticos males de la profesión periodística.