Madrid, España
El periodismo ha dejado de ser una misión para convertirse en una ocupación como cualquier otra. Importa más el impacto que los contenido, más el espectáculo que el conocimiento o la formación de opinión pública. Y, una vez creada la información-espectáculo, cómo vender esa información en cualquier parte.
Ésos son los auténticos males de la profesión periodística.