Un paso adelante, un paso atrás. El 6 de octubre, el Gobierno birmano, controlado por los militares, procedió a nuevas liberaciones de prisioneros políticos. Sin embargo, algunas semanas más tarde, unos periodistas fueron detenidos, uniéndose a los arrestados de este verano. Además, el presidente ha anunciado un alto el fuego con las guerrillas étnicas, mientras los combates continúan sobre el terreno.