El presidente ucraniano Petro Poroshenko instaba, el pasado 18 de agosto, al ejército y a los batallones de voluntarios progubernamentales a reagruparse para asediar los bastiones insurgentes prorrusos en el este del país. Desde el principio de la primavera, la ofensiva de Kiev ha producido más de dos mil muertos. El Gobierno, alentando la fibra patriótica, busca canalizar a los protestarios de este invierno enrolándolos para el frente de Donbass.