Los valores de los indicadores de religiosidad han experimentado en España una de las caídas más drásticas de toda Europa. Las bajas tasas de adscripción religiosa y asistencia a misa han contribuido a que la literatura haya venido señalando el final de la religiosidad como variable explicativa del voto. A pesar de ello, los líderes políticos han seguido insertando en la agenda debates relacionados con la educación laica, el divorcio o el aborto no solo durante los años ochenta, sino también más recientemente, entre 2004 y 2011. Estas estrategias invitan a reconsiderar el estado de la cuestión. ¿Es la élite política capaz de movilizar el voto religioso a través de la inserción de este tipo de temas en el debate electoral? En este trabajo se demuestra que a pesar del proceso de secularización, la religiosidad ha sido y sigue siendo un elemento fundamental para entender el comportamiento electoral de los españoles, especialmente en aquellos comicios en los que el debate se ha centrado en temas relacionados con la moral tradicional
Spanish religious indicators have experienced one of the most drastic declines in Europe. The low levels of church attendance and religious denomination contributed to reject the perception of religiosity as a relevant explanatory factor of electoral behavior. However, leaders continued introducing debated related to secular education, divorce and abortion not only during the eighties, but also more recently from 2004 to 2011. The facts encourage us to reconsider the strength of the religious vote. Is the political elite able to mobilize religious voting through the inclusion of such issues in the electoral debate? In this paper I demonstrate that religiosity has been and still is a key element to understand Spanish electoral behavior, especially in those elections in which the political elite has focused the debate on issues related to moral issues