El tratamiento mediático que recibió la crisis de los pepinos entre España y Alemania, desarrollada durante el año 2011, sobretodo durante el mes de mayo, puso de manifiesto que no solo se trataba de una crisis alimentaria, sino de una crisis institucional e internacional en la que las autoridades germanas y sus medios de comunicación remaron en la misma dirección para que el producto español y, en consecuencia, España se resintieran en su imagen a nivel internacional.