El estado español es uno de los pocos estados miembros de la Unión Europea donde históricamente la relación con el Islam ha formado parte de la construcción social y cultural de la identidad. Así mismo, desde los años 80, ha recibido inmigración proviene principalmente del Norte de África, América Latina y Europa del Este lo que también está marcando la redefinición de los que representa «ser español». Las encuestas de percepción realizadas por diversos organismos concluyen que algunos grupos específicos de inmigrantes, principalmente musulmanes, son considerados incompatibles con una determinada concepción de valores e identidad. La razón de esta percepción está en gran parte relacionada con la construcción social del migrante por los discursos políticos, académicos y medios de comunicación como «el otro a gobernar». Así, el objetivo de este trabajo es argumentar que el Derecho de extranjería cumple un papel fundamental de esta estrategia de «orientalización», es decir, la atribución de ciertas cualidades a los grupos de migrantes (ilegales, antisociales, criminales, in-integrables, terroristas...) con el fin de legitimar el control selectivo de la inmigración. Afirmaremos que el régimen de inmigración y las leyes de extranjería, además de cumplir con las directrices de las autoridades europeas, también contribuyen a la construcción de la alteridad y, por tanto, a la política y legal (re) definición de «ser español».
Spain is one of the few countries in the European Union where Islam has had a historical role in the social and cultural construction of its identity. However, its modern history is marked by acts of repudiation of non-Christian cultures. Opinion polls indicate that certain groups of migrants from North Africa, Latin America and Eastern Europe, but mainly Muslims, are considered to be incompatible with the popular conception of Spanish identity. The reason for this perception is related to the social construction of the migrant as the «other to govern» by political, academic and media discourses. The aim of this paper is to demonstrate that immigration law also plays a fundamental role in this strategy of «orientalization», i.e. the attribution of certain qualities to migrant groups (illegal, antisocial, criminal, unassimilable, terrorist), the aim of which is to legitimize the selective control of immigration. While meeting the guidelines provided by European authorities, the Spanish immigration and citizenship regime contributes to the construction of otherness, and therefore, to the political and legal (re)definition of what «being Spanish» means.