Abierto el camino al mejor conocimiento del derecho patrio en el siglo XVIII con obras generales y especiales dedicadas a los textos principales, la edición crítica de las Partidas por la Academia de la Historia en 1807 significó la entrada formal de la ciencia histórica española en la ilustración europea. Un año después, el Ensayo histórico-crítico de Martínez Marina sobre la antigua legislación castellana y sobre el código de las Siete Partidas permitió difundir los valores propios de la cultura ilustrada (libertad civil, propiedad, conocimiento del derecho público...) uniéndola a la sabiduría enciclopédica de Alfonso X.