La violencia protagonizada por jóvenes ha sido objeto del análisis científico en numerosas ocasiones. En este trabajo se pretende acceder al discurso de los jóvenes, ya sea en su papel de agresores o en el de víctimas, para determinar cómo viven la violencia en diversos ámbitos. Se analizan, mediante entrevistas de grupo repetidas, las explicaciones y representaciones de la violencia en diferentes contextos (la familia, la escuela y el barrio) de dos grupos de jóvenes (14-17 años) que asisten a la misma escuela de la periferia de Rio Claro (São Paulo, Brasil); uno de estos grupos está identificado por la institución escolar como violento y el otro como no violento. Del análisis del discurso se puede llegar a dos conclusiones:
por un lado, los diferentes contextos de violencia cargan esas experiencias de desconfianza en las instituciones, en el entorno y en las relaciones personales, lo que conforma un entramado que nubla las posibilidades de futuro; por otro lado, el grupo de jóvenes identificados como violentos tiene una visión más simplista y pesimista de la realidad; estos jóvenes la ven en términos de blanco o negro y desconfían de la posibilidad de evitar la violencia; en consecuencia, la utilizan y la entienden como una estrategia defensiva y de identidad. En cambio, el grupo identificado como no violento considera posible intervenir en las situaciones con herramientas no violentas, como la palabra. La violencia para los jóvenes analizados es un contexto que asumen, que anula la capacidad identificadora de normas e instituciones, pero que no genera una estrategia eficaz de interacción. La violencia hipertrofia el microcontexto social de los jóvenes y en este la acción se impone al sentido o el sentido es la acción. Cualquier estrategia de intervención tiene que tener en cuenta esta indisoluble unidad entre sentido y acción.