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La Constitución española de 1978, aprobada tras el fin de la dictadura franquista, confirió a las comunidades autónomas notable libertad para definir sus propias políticas en determinados ámbitos. Aunque sería difícil hablar de una forma de gobierno federal, es cierto que las autoridades regionales han conseguido sustanciales cuotas de poder en áreas como la sanidad, la educación o la vivienda. Al mismo tiempo, las definiciones tradicionales de ciudadanía - vinculadas casi siempre al Estado-Nación - se han visto también erosionadas "desde arriba" ya que entidades supranacionales como la UE, la ONU o algunas organizaciones de Derechos Humanos han generado directivas y normas que han tenido un profundo impacto sobre nuestra concepción del término. Sin embargo, no está del todo claro si todas estas nuevas fuerzas que dan forma a la(s) ciudadanía(s) contemporánea(s) la(s) están empujando en la misma dirección.
The Spanish Constitution that was approved in 1978, after Franco's forty-year dictatorship, gave the autonomous regions freedom to implement their own policies in specific social domains. Although it would be difficult to speak of a full-fledged federal system of government, it is true that sub-state authorities have gained substantial ground in terms of organizing areas of civic life such as the health system, education, housing policies, etc. Simultaneously, traditional views on citizenship - which linked it to the Nation-State - have also been eroded "from above" as supra-national entities such as the EU, the UN, and Human Rights organizations have issued norms and regulations that have had a significant impact on our understanding of the concept. It remains unclear, though, whether these new forces shaping contemporary citizenship(s) are all pushing in the same direction.
