La crisis griega no es inédita. Otros países abrumados por la carga de la deuda han decidido en alguna ocasión no pagar, como Argentina en las décadas de 1990-2000. Este ejemplo emblemático ilustra claramente las lógicas que conducen a la catástrofe, así como los mecanismos que podrían permitirle a Atenas aflojar la presión.