David García
El 11 de junio comienza, en Johannesburgo, la Copa del Mundo de Fútbol de 2010. La FIFA, organizadora del acontecimiento, hace alarde de una prosperidad insolente. Sin embargo, abundan las críticas: el modo de funcionamiento se considera autoritario y hay prácticas oscuras de las cuales sus dirigentes serían los culpables. Joseph Blatter, su presidente, concentra las críticas: compra de votos, soborno, reventa de los derechos de retransmisión de los partidos...