La insolencia de los especuladores suscita una fuerte oposición popular y obliga a los Gobiernos a tomar cierta distancia con respecto a los sectores financieros. El pasado 20 de mayo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, calificó de "hordas de lobbistas" a los banqueros que se oponían a su proyecto de regulación de Wall Street. Aquellos que firman los cheques, ¿seguirán escribiendo las leyes?