Laurie Garret
La amenaza del terrorismo biológico es hoy más grande que nunca. Aun así, lamentablemente el mundo no está preparado para protegerse. Los sistemas de salud pública deben almacenar vacunas y desarrollar estrategias de respuesta, pero corren el riesgo de perder legitimidad si los gobiernos siguen confiando en el ejército y la policía para defenderse del bioterrorismo. Es necesario, plantea la autora, repensar el enfoque que los gobiernos adoptarán ante esta amenaza mortal.