Las cuestionadas nominaciones del belga Herman Van Rompuy y de la británica Catherine Ashton para los cargos de Presidente del Consejo y de Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior y Seguridad Común el 23 de noviembre pasado, confirman que los Estados miembros quieren conservar el control de la política exterior común. El confuso Tratado de Lisboa ha convertido la dirección de la Unión Europea en una estructura en la que todos mandan.