En la nueva fase de la movilidad espacial de la sociedad postindustrial, el motivo fundamental de las migraciones ha pasado de ser el trabajo y los estudios a otro nuevo tipo de motivaciones relativas a cambios, en ocasiones radicales, de modos de vida. Así, los nuevos inmigrantes rurales inciden en la composición de la estructura de las comunidades rurales rompiendo en muchos casos la homogeneidad de los núcleos rurales en mayor o menor medida, y proponiendo un escenario nuevo que es preciso determinar, medir y valorar respecto de las políticas de desarrollo rural.
La caracterización de estos nuevos pobladores rurales, su proceso de adaptación y las motivaciones de su asentamiento son objeto de análisis en este artículo, producto de un trabajo de indagación empírica desarrollado en dos comarcas paradigmáticas de Extremadura (España): Las Villuercas y Sierra de Gata.