El uso académico que hacen los universitarios de las redes sociales es el estudio que se presenta a partir de una encuesta administrada a una muestra representativa de estudiantes de la Universidad de Málaga (n=938) y dos grupos de discusión. Dado que el consumo de redes se ha implantado profundamente en las rutinas diarias de los estudiantes, las vastas posibilidades comunicativas de estos canales podrían considerarse para sacar provecho educativo en el futuro, a pesar del predominio del uso dirigido al entretenimiento. Se discuten cuáles son las redes más adecuadas para su uso académico, qué tipo de actividades pueden tener mejor acogida entre los estudiantes y qué herramientas de las redes sociales podrían ser más útiles para propósitos académicos. Los resultados indican que el consumo de redes sociales de la población estudiada es muy alto. Así mismo, los estudiantes presentan una actitud favorable a que los docentes utilicen las redes como recurso educativo. Sin embargo, la frecuencia con la que los estudiantes dan un uso académico a las redes es más bien escasa y, en promedio, las actividades académicas con frecuencia de uso más elevada son aquellas que parten de la iniciativa de los propios estudiantes, como la solución de dudas inter pares o la realización de trabajos de clase. Del escaso apoyo académico percibido en las redes por los estudiantes, se deduce un limitado aprovechamiento por parte de los docentes.
This paper examines the academic use made of the social networks by university students through a survey conducted among a representative sample of students at Universidad de Málaga (Spain) (n=938) and two discussion groups. Given that network consumption has profoundly penetrated the daily routines of the students, the vast communication possibilities of these channels could be considered for educational use in the future despite a predominance of entertainment-related use. We discuss the most suitable networks for academic use, which type of activities may be most widely accepted among the students and which social networking tools could be most useful for academic purposes. The results indicate that consumption of social networks in the student population surveyed is very high. In addition, the students show a favourable attitude to lecturers using social networks as an academic resource. However, the frequency of use of such networks for academic activities was rather low and, on average, the most frequently used academic activities are those initiated by the students themselves, such as answering queries among peers or doing coursework. The perceived low academic support on social networks may mean that lecturers take only limited advantage of their potential.