La educación en valores forma parte de nuestro devenir histórico, se trata de un tema que, de una manera o de otra, aparece en la historia del pensamiento occidental. La época que vivimos ha reavivado el interés y la preocupación por el asunto. Por un lado, estamos inmersos en una serie de cambios paradigmáticos de orden social, cultural, económico, político y tecnológico que están trastocando los principios de la educación en valores que parecían estar más o menos asumidos. Por otro lado, el debate filosófico contemporáneo que se ha establecido entre pensadores liberales y comunitaristas afecta directamente a la educación en valores en la escuela y deja sobre la mesa una serie de cuestiones controvertidas. Como consecuencia, nos planteamos una serie de interrogantes: ¿cómo concibe el profesorado al alumnado de hoy en día en tanto que personas?, ¿qué papel deben representar las nuevas generaciones de ciudadanos en la comunidad social a la que pertenecen?, ¿a qué comunidad social pertenecen las nuevas generaciones de ciudadanos en la actual realidad multicultural?, ¿cualquier escala de valores puede ser considerada como justificable y razonable o, por el contrario, solo algunas son aceptables y otras, en cambio, deben ser rechazadas?, ¿se debe presuponer que el profesorado tiene la función de transmitir ciertos valores o debe actuar con la más estricta objetividad? Estas, entre otras, son preguntas sobre las que cualquier profesional de la educación debe reflexionar; es más, son cuestiones que la práctica pedagógica nos plantea día a día por muy abstractas que nos parezcan. La intención de nuestro trabajo no es ofrecer respuestas a estas cuestiones controvertidas sino, más bien, señalar los pros y los contras que las diferentes respuestas posibles pueden suponer para la educación en valores de hoy.
Values education is part of our historical development. It is an issue that, in one form or another, crops up again and again in the history of Western thought. The times in which we are living have rekindled interest in and concern over the issue. On the one hand, we are in the middle of a series of social, cultural, economic, political and technological paradigm shifts that are disrupting what seemed to be the more-or-less accepted principles of values education. On the other hand, the contemporary philosophical debate between liberals and communitarians directly affects the teaching of values in school and leaves a number of controversial issues on the table. This paper deals with the issues that arise from the root of the matter and will shape the future of values education. What do teachers think of students today as people? What role should new generations of citizens play in the social community to which they belong? Which social community do new generations of citizens belong to, in today�s multicultural reality? Can any scale of values be regarded as justifiable and reasonable, or are there some that are acceptable and others that should be rejected? Should it be assumed that it is the teacher�s function to transmit certain values, or should a teacher act in a strictly objective manner? These and others are questions that any education professional must consider. Moreover, although the issues may seem abstract, they are grappled with in teaching practice on a daily basis. The intention behind this paper is not to provide answers to these controversial issues, but to point out the pros and cons of the different possible responses in values education today.