Pocas personas fuera de la función de la cadena de suministro se preocupaban de la procedencia de los productos. Hoy todos, los líderes de las compañías, los grupos de interés y los consumidores, quieren saber sobre los orígenes de un producto. Steve New, de Oxford University, explora la tecnología, la logística y las inevitables oportunidades y riesgos involucrados en el hecho de exponer su cadena de suministro al mundo.
Las nuevas herramientas para hacer que las cadenas de suministro sean transparentes están proliferando. Van desde etiquetas para identificación por radiofrecuencia del tamaño de un grano de arena insertadas en los productos, clientes que tienen acceso directo a bases de datos online que permiten que cualquier interesado investigue la historia de un producto y cámaras web que muestran en tiempo real qué está sucediendo en las instalaciones de los proveedores.
Gestionar dicha información de modo que sea precisa, útil y segura no es una tarea menor. Pero, a pesar de las complejidades, los beneficios para una empresa bien valen el esfuerzo. La transparencia puede conquistar la confianza de los consumidores que compran sus productos e incluso la de los grupos de interés potencialmente hostiles. Una mirada extensa y detallada en torno a sus propias operaciones también le puede ayudar a identificar problemas y, en última instancia, fortalecer la eficiencia e integridad de su cadena de suministro.
No obstante, ese poder tan accesible puede fácilmente ser arrebatado de una empresa. Los líderes deben permanecer al tanto de las vastas fuentes de información sobre las cadenas de suministro y conocerlas al dedillo de modo que puedan analizar �y luego dar a conocer prudentemente� lo que descubren antes que lo hagan otros.