Granada, España
Las transformaciones producidas en el contexto rural durante los últimos años constituyen un argumento que obliga a revisar la realidad de la actual escuela rural. La generalización de costumbres, ritos y símbolos de carácter urbano se ha acomodado en los espacios ocupados por la vieja ruralidad, configurando un contexto diverso en el que ahora intervienen condicionantes como corrientes migratorias, tecnologías o explotación del tiempo libre. Encontramos realidades heterogéneas según el grado de incorporación de cada uno de estos elementos, dando lugar a escenarios que han dejado de ser uniformes desde hace décadas. A este hecho se le une que las semejanzas culturales son cada vez mayores por la reducción de modelos a símiles mediáticos. Por otro lado, el descubrimiento y retorno a lo rural está trayendo consigo el reconocimiento a un espacio que ha estado tradicionalmente desprotegido e infravalorado, pero también conlleva ciertos riesgos que la sociedad rural en algunos casos padece más que disfruta. Los cambios producidos en este medio afectan a las comunidades que componen sus escuelas, haciendo que el paradigma con el que se las ha considerado deba actualizarse. En este trabajo se realiza una descripción de las ruralidades del momento y se reflexiona sobre el papel que desempeña la escuela ante esta nueva realidad, ya sea como favorecedora del cambio o como fijadora de los rasgos definitorios de la tradición rural. El difícil equilibrio entre modernidad e identidad rural constituye un nuevo elemento de reflexión para la actual escuela rural, asumiendo que para su pervivencia es necesaria la mimetización con el medio, adecuando su situación estratégica. En el artículo se propone un modelo de escuela con capacidad para realizar análisis adecuados del contexto, traduciéndose en una mejora de la eficiencia educativa y social. También se plantea la necesidad para el profesorado de modificar patrones de actuación.
The changes that have occurred in recent years for such centres of education provide a sufficiently strong reason to review our original concept of the rural school. In general, urban customs, practices and representations have been imposed on the old regions of rurality in which diverse factors such as current migration, new technology and forms of communication now intervene. We found heterogeneous realities depending on the degree of incorporation of each of these elements, resulting in scenes that have become standard for decades. In this fact is that it unites the cultural similarities are growing by the reduction of models similes media. The rediscovery and return to rural areas is bringing recognition to an area traditionally unprotected and undervalued, but this also carries certain risks that the rural society may suffer rather than benefit. The changes produced by these factors affect the communities, especially the schools, necessitating that the conventional way in which they are considered be replaced. This paper provides a description of today's rural environment and offers ideas about how to rescue the school in its new situation, either by supporting the changes or by upholding the defining characteristics of the rural tradition. The tricky balance between modernity and rural identity represents a new factor to be considered for the present day rural school, recognising that for its survival it is necessary to blend in with the environment, adapting its conception. The article proposed procedures so that the school have the capacity to perform adequate analysis of the context, translating into an improvement in the social and educational efficiency. This new situation also raises the need for teachers change their patterns of action.