La tecnología permite nuevas maneras de conexión, facilitando y agilizando los intercambios de información entre empresas. Así, se hacen imprescindibles nuevas herramientas, una nueva contabilidad y una nueva mentalidad para transformar el tipo de inversiones de capital que crean valor en el mercado actual, así como soporte de la estrategia y de los planes de negocio. En este nuevo contexto, los directores financieros deben erigirse como ¿árbitros de valor¿ de las inversiones en tecnologías de la información, así como gestionarlos correctamente