El área de compras de una empresa influye cada vez más en su competitividad. La innovación, el comportamiento de los precios y la calidad del producto dependen tanto de los proveedores como de las competencias internas de las empresas. Por ello, una práctica común es mejorar los esfuerzos conjuntos de empresas y proveedores para mejorar las cadenas de suministro, los procesos de negocio y racionalizar la cadena de oferta y demanda.