Mi experiencia de tres años como profesor en una sección internacional española y de otros dos como Coordinador de las Secciones Internacionales y de las Aulas de Lengua y Cultura españolas en Francia me animan a escribir este artículo. No es mi intención, evidentemente, dar consejos a los inspectores de cómo deben realizar su misión. Tan sólo pretendo, como conocedor de estos programas y de su casuística particular, aportar algunos elementos que puedan hacer más fácil su labor