Desde el principio de la sociedad, de la civilización, la lucha entre lo grande, lo uniforme, lo concentrado, lo globalizado, por un lado, y lo pequeño, lo disperso, lo plural, lo diverso, por otro, es permanente. Afecta a la cultura, a la sociedad lectora y al mercado (a las industrias culturales y concretamente a la industria editorial, en especial a la industria editorial independiente). Una industria que se mueve, con grandes dificultades, entre la presión de las nuevas tecnologías y medios de comunicación, la presión de las grandes corporaciones «multimediáticas », la producción y la distribución masivas, etc. por un lado y la escasez de lectores y la precariedad de librerías y bibliotecas por otro, pero que tiene su mejor defensa en la diversidad, la calidad y la especialización y, por supuesto, en la relación lo más directa posible con la sociedad lectora (un dato significativo es que el 80% de las editoriales en España son pequeñas empresas). Partiendo de esta premisa este artículo analiza el movimiento «Bibliodiversidad»: un numeroso y significativo grupo de editoriales pequeñas de Madrid se agrupan bajo ese nombre y desarrollan actividades dentro de las instituciones del Sector del Libro y en la propia sociedad. Entre ellas, un «Aula Bibliodiversidad», con un sistema de autoformación original, una revista trimestral, que ya ha alcanzado el número 24, y, sobre todo, un catálogo conjunto con más de 10.500 títulos dan buena cuenta de este movimiento.