En el proceso de crecimiento y cambio estructural de la economía española los servicios han experimentado un fuerte avance, en virtud del cual se han situado como el principal sector de actividad en relación con el empleo y la producción, muy por delante de la industria y, sobre todo, de la agricultura. Este avance del sector se ha producido básicamente a partir del año 1960 y, de manera especial, desde mediados de la década de los años ochenta. El proceso de cambio estructural de la economía española ha seguido unos patrones sectoriales con una tendencia similar a los de la economía de la OCDE, aunque con un importante retraso temporal, especialmente en lo relativo al PIB pc; no tanto con respecto a los sectores, donde se observa una clara convergencia. En el conjunto de la economía española, se observan notables diferencias en los procesos de cambio estructural de las distintas regiones, al igual que sucede entre países en el marco de la OCDE.