Esta práctica engloba una serie de acciones por parte de la empresa más o menos sutiles, poco éticas e incluso ilegales que tienen como objetivo apartar a una persona de su puesto de trabajo, provocando que renuncie en lugar de pagarle la indemnización correspondiente. Una de las situaciones que actualmente despierta mayores suspicacias es la vuelta a la presencialidad. Sin embargo, esta práctica puede llegar a constituir acoso laboral. En este reportaje, Silvia Solé, socia de Laboral en Pedrosa Lagos; Joan Clotet, consultor de talento digital, y el director de la Fundació Factor Humà, José Miguel de la Dehesa, deslindan este terreno pantanoso para empresas y personas trabajadoras.