La transformación de los entornos de trabajo a través de la utilización de inteligencia artificial supone un importante avance, particularmente en la prevención de riesgos laborales, pero también implica riesgos específicos para la salud y plantea retos respecto de los derechos fundamentales, como la igualdad, la intimidad o la protección de datos, entre otros, ya que los algoritmos pueden presentar sesgos que lleven a decisiones arbitrarias. Es necesario plantear soluciones como la formación e información, la participación de los trabajadores, la gestión adecuada de los riesgos laborales y medidas de prevención, la igualdad y la no discriminación, entre otros. La información y la transparencia son imprescindibles para paliar estos efectos negativos, y los trabajadores de cadenas globales de suministro carecen de medios y de conocimientos para recibir esa información, por lo que será esencial plantear medidas que permitan aprovechar las ventajas y soslayar las dificultades