Aunque las matemáticas constituyen un área curricular sustancial, son numerosos los reportes internacionales que demuestran alta ansiedad estudiantil ante contenidos matemáticos, lo cual afecta negativamente su desempeño. Este fenómeno trasciende culturas, siendo una preocupación educativa global. Este artículo tiene por objetivo proponer algunas estrategias que desde la propia aula de clases contribuyan con una educación matemática enfocada en las emociones estudiantiles, en su capacidad de regular el aprendizaje, y en el manejo de respuestas afectivas negativas. Para alcanzar ese propósito, a partir de una revisión de estudios empíricos relevantes, se realiza un análisis del papel del dominio afectivo y la autorregulación del aprendizaje frente a la ansiedad matemática, al igual que el rol de variables afectivas como el autoconcepto y la autoeficacia, o motivacionales como las metas educativas y las expectativas de logro. Por último, se pondera la importancia que tiene la autorregulación del aprendizaje en esta interrelación afectividad-ansiedad.