Carlos Monge López
El aprendizaje cooperativo implica una contribución sustancial al desarrollo de una serie de competencias socioemocionales y cívicas. Desde hace años se viene escribiendo mucho sobre los beneficios que implica el aprendizaje cooperativo para el alumnado, para el clima de aula y, en general, para la organización escolar en su conjunto.
Pero, a pesar de su importancia, el diseño, desarrollo y evaluación de prácticas de aprendizaje cooperativo resulta complejo y requiere una serie de destrezas y actitudes necesarias por parte del profesorado.