Riobamba, Ecuador
La mejor frase que describe los propósitos del presente dossier es: “A menudo descubro que, aunque estoy trabajando en una idea sin saber exactamente qué es lo que pienso, estoy pensando una idea que lucha para que yo la piense” (Bollas, 1997, p. 26). Sin duda alguna, el territorio imaginativo denominado educación inclusiva encarna un singular disenso crítico, esto es, aquello que define lo político de su naturaleza. Lo político alude al conjunto de tensiones que cristalizan un determinado conflicto en la sociedad (Mouffe, 2007), mientras que la política se imbrica en los más diversos ejes de funcionamiento de las estructuras institucionales. La educación inclusiva en sus propios términos es un complejo político, que no siempre proporciona respuestas estables para quienes disfrutan de este tipo de interacciones.