Luis Tejada Palacios
La extrema competitividad en la que se mueve la empresa de hoy es la excusa que adoptan muchos para justificar su falta de responsabilidad social. Cierres de empresas, regulación de plantillas y demás decisiones con un alto coste social y personal son a veces necesarias para la supervivencia de la empresa. Pero también es cierto que no es la única solución viable en muchos otros casos.